De Pastizal a Bosque
Antes (2017)
Después (2025)
texto y fotos por Percy Leva,
Coordinador de Reforestación de Camino Verde La Joya
Desde hace ocho años, formo parte del proyecto Camino Verde La Joya, un centro de reforestación dedicada a la producción de plantas nativas en su vivero forestal, con el objetivo primordial de restaurar áreas degradadas por la ganadería y la agricultura. Mi trabajo ha estado relacionado, inicialmente, con la propagación de plantones forestales y, posteriormente, con su traslado al campo definitivo.
A lo largo de estos años, junto con mis compañeros Joyinos, hemos instalado diversas parcelas agroforestales en el centro de Camino Verde La Joya. Diseñamos e implementamos sistemas de siembra en terrenos de altura, pendiente, y bajío, donde antes solo había pastizales, además de algunos arbolitos de guayaba (Psidium guajava).
Recuerdo que, para instalar las primeras especies, tuvimos que abrir callejones atravesando el pasto de Brachiaria, en un suelo muy compactado y pobre, que anteriormente había sido utilizado para la ganadería. Plantamos cientos de plantas de diferentes especies, incluyendo medicinales, maderables, frutales, palmeras y otras. Sin embargo, al llegar la estación de sequía con días muy soleados, muchas de estas plantas comenzaron a marchitarse. Las que lograron sobrevivir, que fueron muy pocas, tuvieron dificultades para desarrollarse, lo cual no fue sorprendente, ya que el suelo presentaba una textura arenosa con muy poca o casi ninguna materia orgánica.
Con la llegada de la nueva temporada de lluvias, continuamos con la siembra y resiembra, pero esta vez, con la experiencia adquirida, decidimos plantar árboles temporales de rápido crecimiento de la familia Fabaceae, como las especies del género Inga y Flemingia. El objetivo de esta siembra fue generar sombra para proteger a los plantones pequeños de otras especies, al mismo tiempo que se obtenía materia vegetal de las podas constantes para cubrir el suelo, mantener la humedad y, con el tiempo, mejorar la calidad del suelo a través de la incorporación de materia orgánica.
Con el paso de los años, La Joya fue transformándose. Los suelos, que antes solo sostenían pastos, comenzaron a convertirse en un ecosistema más complejo, con árboles de diversas especies interactuando entre sí y formando distintos estratos vegetales. Este cambio atrajo a más animales, y hoy, muchas de las especies que plantamos ya producen frutos que sirven de alimento tanto para la fauna como para el personal. Además, las semillas de estas especies nos permiten seguir produciendo más plantones para continuar con la reforestación.
La presencia de aves, monos, ardillas, armadillos, abejas, mariposas y otros ha aumentado significativamente. La recuperación de la vegetación ha creado un hábitat adecuado para estas especies, que ahora encuentran en este bosque un refugio seguro y una fuente constante de alimento.
A lo largo de este tiempo, hemos ampliado nuestras acciones de restauración no solo a nivel vegetal, sino también a través de la protección y el fomento de la biodiversidad de polinizadores, como las abejas nativas. Comenzamos con una caja de Melipona eburnea, una especie de abeja sin aguijón, con el apoyo y orientación del especialista David Durán, quien nos enseñó las técnicas de crianza y manejo de estas abejas curiosas.
Poco a poco, hemos logrado aumentar el número de colmenas mediante divisiones e introducir nuevas especies del género Melipona, como M. bicolor. Actualmente, contamos con 11 cajas de M. eburnea, 2 de M. bicolor y una caja de dos pisos con abejas Apis, que tuvimos la suerte de encontrar en una rama cerca del vivero y luego trasladar exitosamente a una caja. Además, tenemos nidos naturales silvestres de Apis y Melipona en el sotobosque y hemos ubicado abejas terrestres del género Geotrigona que viven en el subsuelo. Cada vez que las observamos, las vemos llegar cargadas de polen.
Gracias a estas abejas nativas, hemos incrementado la polinización en las áreas restauradas y hemos logrado que nuestros sistemas agroforestales sean más completos, garantizando así la regeneración del bosque.
Un nido viguroso de las abejas sin aguijón, Melipona seminigra.
A finales de 2024, Abraham y yo realizamos un inventario exhaustivo de todas las especies establecidas en las parcelas de la estación. Aunque aún falta registrar las especies sembradas en los caminos internos y los perímetros del vivero, y sin contar las especies que siempre estuvieron presentes en las islas de bosque y el sotobosque, logramos identificar un total de 200 especies diferentes.
Entre ellas se encuentran árboles maderables como lupuna, quinilla, shihuahuaco, azúcar huayo, ishpingo, quillobordón, pumaquiro y castaña, entre otros.






También registramos frutales como moquete de tigre, pama, uvilla, shimbillo, ciruelo, marañón silvestre, lúcuma, marañón, huasai y pijuayo.
También identificamos plantas medicinales como cori sacha, chiric sanango, huito, sangre de grado, copaiba, ajos sacha, clavo huasca, piñón, algodón y arco sacha, entre otras. Finalmente, registramos ornamentales como clavija, crotón y planta bandera.
Este inventario no solo muestra la gran variedad de plantas y animales que hemos ayudado a crecer como parte del programa de Camino Verde del Banco Vivo de Semillas, sino que también nos permite seguir nuestro progreso y asegurarnos de que el ecosistema siga mejorando. A medida que las plantas crecen y los animales regresan, este registro nos ayuda a entender cómo cambia el bosque, identificar espacios para seguir enriqueciendo con nuevas especies y planificar futuras actividades.
Reforestación, restauración, regeneración – aunque se traten de procesos ecológicos, no podrían producirse sin la acción humana. Por eso, a partir de 2023, La Joya actúa cada vez más como un centro educativo, compartiendo las herramientas y los conocimientos que hemos adquirido a lo largo de los años de restauración en acción.
Nuestro programa de prácticas se centra en la formación de mujeres locales en la gestión de viveros forestales, así como en la plantación y el mantenimiento de las zonas de reforestación. Gracias al apoyo de la Open University (Reino Unido) y la Old Dart Foundation, hasta ahora hemos realizado más de 15 meses de prácticas remuneradas para mujeres de la región que están deseosas de aprender estas importantes habilidades y ponerlas en práctica en sus propias chacras y huertas.
No todo ha sido sencillo en este proceso. Mientras nuestros plantones de árboles se convertían en un bosque, el área alrededor de Camino Verde La Joya ha pasado de ser una zona rural tranquila de pastizales para ganado cubiertos de maleza al sector de más rápido crecimiento de la ciudad, un barrio joven y bullicioso en las afueras de Puerto Maldonado. La expansión urbana ha ejercido una intensa presión sobre la vida silvestre de la zona, y por ello el fragmento de bosque de nuestro centro actúa cada vez más como refugio para animales, plantas y hongos que están perdiendo su hábitat a nuestro alrededor.
Hemos enfrentado desafíos, como las quemas realizadas por algunos vecinos, donde el fuego ha afectado algunas de nuestras plantaciones y hasta la estructura del vivero. También hemos tenido intentos de invasiones en las áreas reforestadas, y sequías largas en los que perdimos muchas especies importantes. Sin embargo, hemos logrado superar estos obstáculos instalando cercos vivos con la especie limoncillo (Swinglea sp.) en los linderos y plantando árboles con mayor capacidad de adaptación a condiciones de sequía e incendio. De esta forma, seguimos protegiendo el bosque que estamos recuperando frente a estos riesgos.
Ser parte de este proyecto me ha permitido ver cómo un terreno muy degradado se convierte en un bosque. He aprendido técnicas de reforestación, manejo de suelos, diversidad y cómo enfrentarme a obstáculos, desarrollando creatividad y resiliencia. Es un orgullo trabajar con compañeros que comparten la misma visión y haber aportado a este cambio, dejando una huella significativa para el futuro.
¡Forma parte de la restauración de los paisajes forestales de la Amazonía! ¡Colabora con Camino Verde hoy mismo!
Educación agroforestal en acción: talleres sobre viveros forestales en Camino Verde La Joya en 2024 (fotos por Juan Carlos Huayllapuma)





Percy Leva formó parte del equipo fundador de Camino Verde La Joya desde la creación del centro en 2016. De la ciudad imperial de Cusco, Percy vive en Madre de Dios desde el año 2000, donde estudió ingeniería forestal en la UNAMAD. Trabajó en el Ministerio de Transporte y en la construcción del puente Billinghurst antes de unirse a CV.
En el vivero forestal de Camino Verde La Joya, Percy ha plantado miles de plantones, que representan cientos de especies de plantas. Percy ha coordinado el vivero de CV La Joya desde 2020 y asumió el papel de principal de impacto de reforestación para CV en 2022. Reside en Puerto Maldonado.