Regeneración como Simbiosis entre Personas y Plantas

Calliandra angustifolia - todas las imagenes gracias a Blair Butterfield de plantas del Centro de Reforestación Camino Verde Baltimori.

por Ursula Leyva, asociada del consejo directivo y antes Directora Ejecutiva de Camino Verde Tambopata

Cuando pienso en el futuro de nuestra organización, por lo general, me vienen a la mente los inicios. ¿Cuál fue el primer árbol sembrado? ¿Cuánto hemos evolucionado como organización y cómo lo hicimos? Todos nuestros resultados están intrínsecamente relacionados con la forma en la que nuestras plantas han prosperado. Nuestro viaje empezó hace algo más de diez años, pero el viaje de nuestras plantas es más remoto de lo que podemos imaginar.

Una de las preguntas más frecuentes que me hacen es: “y… qué siembran en la chacra?”. Siempre me tomo un segundo para ver de qué forma responder. A pesar de que nuestro proyecto se enfoca en árboles, la colección de plantas de nuestro Banco Vivo de Semillas se puede describir de muchas maneras. De una u otra forma, lo que hacemos es propagar todo tipo de especies nativas en nuestros viveros, para que puedan ser plantadas por las manos del ser humano y mejorar las tierras, mejorar las chacras, mejorar la calidad de vida y perpetuar su existencia en el tiempo. Contribuimos activamente a la domesticación de especies.

Frutos comestibles de Mayna parvifolium, un árbol común en los bosques de terraza baja de la cuenca del Río Tambopata.

El proceso de domesticación de plantas y animales en el Perú, se inició hace aproximadamente 10 mil años, según diferentes investigaciones. Grandes civilizaciones como Caral (en la costa peruana), que tenían agricultura hace 5 mil años, sólo representan la mitad de antigüedad en este proceso. Intentemos entender quiénes fueron los recolectores de semillas en el pasado y cómo fueron sus sueños, para llegar a adaptar miles de especies en beneficio del ser humano. A pesar de ese legado, la extrema y preciosa biodiversidad amazónica no se ve necesariamente reflejada en las especies domesticadas en las chacras locales y especialmente, no se ve reflejada en las especies comestibles. Naturalmente, la biodiversidad del bosque tiene un enorme potencial de contribuir a la seguridad alimentaria de las familias locales y del planeta.

Ocotea sp. (Lauraceae) - árbol maderable aromático de la Amazonía peruana. Primeras flores a los 5 años de edad; primeros frutos a los 6 años.

Mucho de lo que hacemos en Camino Verde y en nuestra tarea de regeneración, es domesticar a las especies silvestres, para que se adapten a condiciones nuevas y puedan prosperar. Cualquier decisión que se tome sobre esa planta, va a tener un impacto en su adaptación y su descendencia. ¿Cómo sabemos entonces, cuál es la mejor forma de “criar” estas especies nativas y silvestres que nos interesan, sin arruinarlas? Además de un poco de conocimiento y práctica, dependemos de la intuición y mucho respeto. El objetivo no es realizar un cambio genético en el laboratorio, sino apoyar en la resiliencia de cada especie para su exitoso crecimiento en campo.  Realizamos diferentes acciones, con mucho amor hacia cada una de las plantas. Respetar su proceso natural hacia la domesticación es observar de cerca las condiciones que mejor aceptan al germinar, la cantidad de agua que toleran, probar diferentes sustratos, tratar de imitar sus condiciones en un bosque natural, entender cómo asociarlas, cómo podarlas para que den más fruto o para que engrose su tronco y se hagan más fuertes, entre muchas más. Y así, generación tras generación, los árboles sembrados en purmas, en espacios diseñados por el hombre, tendrán una hermosa descendencia.

Frutos en racimo de Chamaedorea sp., una palmera enana relativamente común en bosques de terra firma de Tambopata, Perú.

Trabajar en un vivero de los nuestros y en las extensas áreas de agroforestería a largo plazo, es una labor sumamente fascinante. Sistematizar todo el conocimiento que se va generando en esta experiencia y además, intentar volverlo parte de un resultado científico, es uno de los retos más difíciles. Todavía continúa la tarea de compartir nuestros aprendizajes.

Hura crepitans - conocido en Perú como Catahua, es un árbol con significado especial para herbalistas amazónicas; también es de rápido crecimiento hasta en áreas degradadas (promisoria para la restauración), además de ser buscado como madera para canoa.

Los cambios que se van dando en las plantas, también se ven reflejados en nosotros como seres humanos. Siempre me pregunto, ¿cuánto nos han domesticado estas plantas a nosotros? La comunión entre el ser humano y la planta entra en su nivel máximo al estar en contacto y observación profundos. Nosotros estamos comprometidos con su legado, con la continuidad de su especie y su genética en el planeta. Ellas nos crían: nos domestican o nos vuelven silvestres a sus anchas. Somos sus instrumentos y nos hemos rendido ante ello.

Y ese, seguirá siendo el corazón de nuestro futuro, en el tiempo.

Hay un camino verde que se recorre en las mentes, en los corazones y en las visiones. Ese es el camino que nos sostiene hoy y nos ofrece un cimiento para el futuro. Para nosotros este trabajo es un honor y un sueño realizado – y, esperamos, algo contagioso.